América Latina se enfrenta a una oportunidad única para convertirse en un centro de fabricación global. Debido a las tensas relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, así como la priorización de cadenas de suministro que sean mucho más cortas, varias empresas están trasladando la fabricación e instalaciones a Latinoamérica. Según un informe de 2022 del Banco Interamericano de Desarrollo, esta deslocalización podría impulsar los puertos de bienes y servicios de América Latina en alrededor de $ 78 mil millones anuales.
Para el caso de Colombia, su ubicación estratégica, el tamaño del mercado, la conectividad, la infraestructura, la mano de obra y la calidad de los servicios son algunos de los factores que tienen en cuenta las empresas para trasladar sus operaciones al país. Pues según cifras del Banco de la República de Colombia la Inversión Extranjera Directa (IED) en Colombia creció un 81,7% en 2022, al pasar de US$7.666 millones a US$17.048 millones en comparación al año pasado. Esto se debe gracias a la inversión realizada por multinacionales o personas no residentes que continúan apostando por la economía e industrias del país.
Sin embargo, para alcanzar el potencial como centro de fabricación global, Latinoamérica debe cerrar la brecha en los cargos de gestión de proyectos. Se estima que para 2030, la región necesita alcanzar 5.9 millones de posiciones orientadas a la gestión de proyectos, una media de 119,000 nuevos directores de proyectos por año, según el Talent Gap Report de Project Management Institute (PMI). Para dicha organización, el actual contexto económico demanda mejorar la cualificación de la mano de obra y dotar a una nueva generación de talentos de los conocimientos necesarios para la gestión de proyectos
«Para seguir siendo competitivos y alcanzar ese potencial, las empresas deberán centrarse en la contratación de solucionadores de problemas y constructores de relaciones que puedan ayudar a impulsar el cambio y ofrecer un valor estratégico», explica Ricardo Triana, Director Ejecutivo de PMI para Latinoamérica.
Según el último informe PMI Job Trends muestra que sectores como el automotriz, farmacéutico, energía renovable, petróleo y textil ofrecen un gran potencial, con México y Brasil, países más propensos a beneficiarse si la región desarrolla todo su potencial como centro manufacturero.
De acuerdo con el Banco de la República de Colombia, en términos sectoriales, los servicios financieros y empresariales y la industria minero-energética fueron los dos sectores en donde llegó la mayor inversión extranjera y donde se cree hay un gran potencial, en los últimos tiempos. También se destacaron otros sectores como el del transporte y las comunicaciones (11%), comercio y hoteles (9%) y la industria manufacturera y de servicios (9%) que durante los últimos 15 años ha tenido una mayor concentración de inversión extranjera (IED) aproximadamente del 85% en Latinoamérica.
El aumento de los precios de la energía en Europa, la reestructuración mundial de los gigantes tecnológicos norteamericanos y la salud del sector manufacturero chino son factores que podrían alterar drásticamente la actividad de los proyectos y el panorama manufacturero en Latinoamérica. Adaptarse a ese escenario es clave para tener éxito en un cambiante mercado laboral.
Las competencias técnicas no serán suficientes para enfrentar este nuevo desafío. En un mundo de automatización generalizada, la ventaja no necesariamente irá a los más técnicos, sino a aquellos que saben cómo combinarlos con creatividad, innovación y la capacidad de gestionar personas, innovación y habilidades de administración.
«La demanda de directores de proyectos, especialmente aquellos con las habilidades de poder ayudar a las organizaciones a navegar en tiempos turbulentos, crecerá. Los profesionales de proyectos se han vuelto más valiosos y menos vulnerables en caso de que el mercado laboral se enfríe», agrega Triana.
Así mismo, «la mayor demanda será para profesionales que puedan aprovechar las habilidades de poder; capacidades únicas que pueden aprovecharse para enfrentar los desafíos cambiantes y ambiguos, desafíos que no vienen con una hoja de ruta clara para abordarlos» concluye Ricardo Triana, Director Ejecutivo de PMI para Latinoamérica.